La Virgen de la Esperanza, un icono devocional

 

María Santísima de la Esperanza es una dolorosa de “candelero”, como se denomina a las imágenes devocionales de la Virgen que tienen únicamente tallados las manos y el rostro. La Virgen expresa su dolor, contenido y sereno, a través de cinco lágrimas de cristal que surcan sus mejillas. La Virgen suele ser vestida con saya (vestido) y manto, y posee un gran ajuar. En su mano lleva un pañuelo (llamado manípulo) con el enjuga sus lágrimas. Estos pañuelos son la esperanza para muchos enfermos pues cuenta la tradición que en los años 40, un pañuelo de la Virgen sanó a un niño de la Cofradía que había quedado herido tras un accidente. Desde entonces, miles de devotos han solicitado pañuelos de la Virgen para personas enfermas. Y es la propia Archicofradía, gracias al grupo de las camareras de la Virgen, quienes se acercan a hospitales a llevar con estos pañuelos, la Esperanza en la sanación. 

 

La imagen data del siglo XVII, en 1641 se tienen las primeras noticias de la fundación de la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza, que queda agregada a la existente del Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso. 

 

En la década de 1920 la archicofradía experimenta un verdadero periodo de esplendor, con el estreno de fastuosos tronos y grandes empresas patrimoniales, como el manto que bordaron las Madres Adoratrices, muestra de la vitalidad y empuje de los cofrades de aquel momento. Sin embargo, en mayo de 1931 tiene lugar la llamada “quema de conventos”, movimientos anticlericales en los cuales se destruye casi la totalidad del patrimonio que hasta entonces había atesorado la archicofradía. Únicamente logra salvar la cabeza de la Virgen de la Esperanza un joven esperancista, D. Francisco Sanchez Segarra. Desde entonces y hasta el 18 de diciembre de 1938 María Santísima de la Esperanza recibe culto en la Santa Iglesia Catedral de Málaga, donde volverá a recibir a todos los malagueños de manera extraordinaria tras esta peregrinación a Roma por el Jubileo de las Cofradías. 

La relación de la Virgen de la Esperanza y la Archicofradía con la Santa Sede

La imagen de la Esperanza atesora y congrega numerosísima devoción, fue coronada canónicamente el 18 de junio de 1988, en la plaza de la Constitución, centro neurálgico, histórico y simbólico de la ciudad de Málaga. Pues la Virgen se coronó en el corazón de todos los malagueños. Para presidir el acto y coronar a la Santísima Virgen viajó hasta Málaga el Nuncio de Su Santidad en España, quien entonces era Monseñor Mario Tagliaferri. Muestra y signo de reconocimiento del Santo Padre, San Juan Pablo II, a la gran devoción de la Virgen de la Esperanza. 

Su Santidad, San Juan Pablo II,  concedió el Título de Basílica menor al nuevo templo edificado con motivo de la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza, en virtud al breve pontificio “Dulce Nomen Iesus”, fechado el 28 de mayo de 1998. Por ello, esta Archicofradía posee un estandarte pontificio con el escudo del citado pontífice, escudo que la Virgen también posee en su ajuar como joya y en la saya “vestido” realizada con motivo del XXV aniversario de la Coronación. 

El trono de la Virgen de la Esperanza

Esta suntuosa pieza que sorprende y emociona por su estética, dimensiones y plasticidad data de los años 1940, aunque ha sido reformado, ampliado y restaurado a lo largo de los años. 

La gran pieza central, de madera dorada, se denomina “cajillo” y alberga numerosas tallas de santos y escenas de la pasión. A destacar los Santos Patronos de Málaga, San Ciriaco y Santa Paula o Santa Teresa de Jesús, patrona del Cuerpo de Intendencia del ejército español. Son característicos los cuatro grandes brazos llamados “arbotantes”, situados en las cuatro esquinas del trono que alumbran el conjunto con un particular color caramelo debido al color de las tulipas (cristal que recubre las velas). El palio es la estructura que cubre la imagen de la Virgen y está realizado en terciopelo verde, bordado con hilos de oro y sedas y es del año 2000. 

 

El trono mide 6,85 metros de alto y pesa 5.208kg, es llevado por 262 hombres de trono quienes cargan el peso poniendo su hombro en los varales (largas estructuras de aluminio que sirven para cargar el peso del trono).

The Virgin of Hope, a devotional icon

 

Most Holy Mary of Hope is a «candelero» dolorosa, a term used to describe devotional images of the Virgin Mary that have only the hands and face carved. The Virgin expresses her sorrow—contained and serene—through five crystal tears that run down her cheeks. She is usually dressed in a saya (gown) and mantle, and possesses an extensive wardrobe. In her hand she carries a handkerchief (called a manípulo) with which she wipes away her tears. These handkerchiefs are considered a symbol of hope for many of the sick, as tradition holds that in the 1940s, one of the Virgin’s handkerchiefs healed a young boy from the Brotherhood who had been injured in an accident. Since then, thousands of devotees have requested handkerchiefs from the Virgin for the sick. It is the Archconfraternity itself—through the group of camareras (attendants) of the Virgin—that brings hope for healing by delivering these handkerchiefs to hospitals.

The image dates back to the 17th century, with the first records of the founding of the Brotherhood of Our Lady of Hope appearing in 1641. This brotherhood was affiliated with the existing Brotherhood of the Sweet Name of Jesus the Nazarene of the Passage.

 

In the 1920s, the Archconfraternity experienced a true period of splendor, unveiling lavish tronos (floats) and undertaking major heritage projects, such as the mantle embroidered by the Adoratrices Sisters—a testament to the vitality and drive of the brotherhood at that time. However, in May 1931, during the so-called «burning of the convents»—a wave of anticlerical violence—nearly all the heritage accumulated by the Archconfraternity was destroyed. Only the head of the Virgin of Hope was saved, thanks to a young devotee, Francisco Sánchez Segarra. From that time until December 18, 1938, Most Holy Mary of Hope was venerated in the Holy Cathedral Church of Málaga. She will once again welcome the people of Málaga there, in an extraordinary return following this pilgrimage to Rome for the Jubilee of the Confraternities.

The relationship between the Virgin of Hope and the Archconfraternity with the Holy See

The image of the Virgin of Hope holds and gathers an immense devotion. She was canonically crowned on June 18, 1988, in Constitution Square—the historic, symbolic, and central heart of the city of Málaga—because the Virgin was crowned in the hearts of all the people of Málaga. To preside over the ceremony and crown the Blessed Virgin, the Apostolic Nuncio to Spain at the time, Monsignor Mario Tagliaferri, traveled to Málaga. His presence was a sign of recognition from the Holy Father, Saint John Paul II, of the profound devotion to the Virgin of Hope.

 

His Holiness, Saint John Paul II, granted the title of Minor Basilica to the new temple built in honor of the Canonical Coronation of the Virgin of Hope, by virtue of the papal brief Dulce Nomen Iesus, dated May 28, 1998. For this reason, the Archconfraternity possesses a pontifical banner bearing the coat of arms of the aforementioned pope—a symbol that the Virgin also carries among her jewels and in the saya (gown) made for the 25th anniversary of the Coronation.

The Throne of the Virgin of Hope

This sumptuous piece, which surprises and moves viewers with its aesthetics, dimensions, and visual impact, dates back to the 1940s, although it has been modified, expanded, and restored over the years.

The large central piece, made of gilded wood, is known as the cajillo and houses numerous carvings of saints and scenes from the Passion. Noteworthy are the Patron Saints of Málaga, Saint Ciriacus and Saint Paula, as well as Saint Teresa of Ávila, patron saint of the Spanish Army’s Logistics Corps. Characteristic features include the four large arms known as arbotantes, located at each corner of the throne, which illuminate the ensemble with a distinctive caramel hue due to the color of the glass shades covering the candles. The palio is the canopy that covers the image of the Virgin and is made of green velvet, embroidered with gold threads and silks, dating from the year 2000.

The throne stands 6.85 meters tall and weighs 5,208 kilograms. It is carried by 262 hombres de trono (throne bearers) who bear the weight by placing their shoulders under the varales—long aluminum beams used to support and carry the throne.

La Vergine della Speranza, un'icona devozionale

 

Maria Santissima della Speranza è una dolorosa “a candelero”, come vengono chiamate le immagini devozionali della Vergine che hanno scolpite soltanto le mani e il volto. La Vergine esprime il suo dolore, contenuto e sereno, attraverso cinque lacrime di cristallo che le solcano le guance. Viene solitamente vestita con una saya (abito) e un manto, e possiede un ricco corredo. Nella sua mano porta un fazzoletto (detto manípulo) con cui asciuga le sue lacrime. Questi fazzoletti rappresentano una speranza per molti malati, poiché la tradizione racconta che negli anni ’40 un fazzoletto della Vergine guarì un bambino della Confraternita rimasto ferito in un incidente. Da allora, migliaia di devoti hanno richiesto fazzoletti della Vergine per persone malate. È la stessa Arciconfraternita, grazie al gruppo delle camareras della Vergine, ad avvicinarsi agli ospedali per portare, attraverso questi fazzoletti, la Speranza di guarigione.

L’immagine risale al XVII secolo; nel 1641 si hanno le prime notizie sulla fondazione della Confraternita di Nostra Signora della Speranza, affiliata a quella già esistente del Dolce Nome di Gesù Nazareno del Passaggio.

 

Negli anni Venti del Novecento, l’Arciconfraternita visse un autentico periodo di splendore, con la presentazione di sontuosi troni (carri processionali) e importanti imprese patrimoniali, come il manto ricamato dalle Madri Adoratrici, simbolo della vitalità e dello slancio dei confratelli di quel tempo. Tuttavia, nel maggio del 1931, durante la cosiddetta “quema de los conventos” (ondate di movimenti anticlericali), fu distrutta quasi tutta l’eredità accumulata fino ad allora dall’Arciconfraternita. Soltanto la testa della Vergine della Speranza fu salvata da un giovane devoto, Don Francisco Sánchez Segarra. Da allora, e fino al 18 dicembre 1938, Maria Santissima della Speranza ricevette culto nella Santa Chiesa Cattedrale di Málaga, dove tornerà ad accogliere in modo straordinario tutti i malagueñi dopo questo pellegrinaggio a Roma per il Giubileo delle Confraternite.

Il rapporto della Vergine della Speranza e dell'Arciconfraternita con la Santa Sede

L’immagine della Vergine della Speranza custodisce e raccoglie una devozione numerosissima; fu incoronata canonicamente il 18 giugno 1988, nella Plaza de la Constitución, centro nevralgico, storico e simbolico della città di Málaga. La Vergine fu incoronata nel cuore di tutti i malagueñi. Per presiedere l’atto e incoronare la Santissima Vergine giunse a Málaga il Nunzio di Sua Santità in Spagna, che all’epoca era Monsignor Mario Tagliaferri. Un segno e riconoscimento da parte del Santo Padre, San Giovanni Paolo II, alla grande devozione verso la Vergine della Speranza.

Sua Santità, San Giovanni Paolo II, concesse il titolo di Basilica minore al nuovo tempio edificato in occasione dell’Incoronazione Canonica della Vergine della Speranza, in virtù del breve pontificio Dulce Nomen Iesus, datato 28 maggio 1998. Per questo motivo, questa Arciconfraternita possiede uno stendardo pontificio con lo stemma del suddetto Pontefice, stemma che la Vergine porta anche nel suo corredo, sia come gioiello che ricamato nella saya (abito) realizzata per il XXV anniversario dell’Incoronazione.

Il trono della Vergine della Speranza

Questo suntuoso trono, che sorprende ed emoziona per la sua estetica, le sue dimensioni e la sua plasticità, risale agli anni ’40, anche se nel corso del tempo è stato riformato, ampliato e restaurato.

Il grande elemento centrale, in legno dorato, è chiamato cajillo e ospita numerose sculture di santi e scene della Passione. Spiccano i Santi Patroni di Málaga, San Ciriaco e Santa Paola, oltre a Santa Teresa di Gesù, patrona del Corpo di Intendenza dell’esercito spagnolo.

Sono caratteristici i quattro grandi bracci chiamati arbotantes, situati agli angoli del trono, che illuminano l’insieme con una particolare luce color caramello, dovuta al colore delle tulipas (i vetri che coprono le candele). Il baldacchino, struttura che sovrasta l’immagine della Vergine, è realizzato in velluto verde, ricamato con fili d’oro e sete, ed è datato all’anno 2000.

Il trono misura 6,85 metri di altezza e pesa 5.208 kg; viene portato da 262 hombres de trono, che sostengono il peso poggiando la spalla sui varales (lunghe strutture in alluminio che servono per il trasporto del trono).