La obra, diseñada por Javier Sánchez de los Reyes, está concebida para estar cincelada por los cuatro laterales, añadiendo cartelas doradas y escudos frontales y traseros sobre esmaltes
En la junta de gobierno celebrada en la noche del lunes 28 de septiembre, ha sido presentado el proyecto de peanas de altar para el Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de la Esperanza. Las piezas han sido diseñadas por el artista Javier Sánchez de los Reyes, autor de importantes obras patrimoniales de la Archicofradía como son la mesa de altar de plata (Juan Borrero, 2005) o la reforma del ábside de la Basílica inaugurada en septiembre del pasado año.
Descripción de las peanas
El proyecto busca la combinación entre tradición, estética malagueña y, por supuesto, que el acompañamiento entre las diferencias estilísticas de las Imágenes: el realismo del Nazareno y el barroco de la Virgen. Junto a esto, las peanas han de estar integradas dentro del conjunto ornamental del recientemente reformado camarín.
Con estos condicionantes, Javier Sánchez de los Reyes plantea unas peanas cinceladas por sus cuatro caras, entroncando con el frontal de altar, Sagrario y blandones, destacando y contrastando así con el fondo actual del camarín, dorado casi en su mayor parte.
Para que no sean una masa monótona en dicho metal, se acompañan de cartelas doradas en el frontal y trasera con escudos planteados sobre esmaltes, además de la inclusión de imaginería que ayuda a distinguir los distintos elementos constitutivos.
Los Arcángeles tenantes van ubicados en las 4 esquinas de cada peana. Están semi-flexionados, para lograr la altura necesaria sin que resulten ni demasiado pequeños ni demasiado grandes. Están en un plano inferior a las Imágenes, no entran en su campo visual, para así no estorbar su contemplación ni condicionarla.
Inspiración
Las peanas de altar de siglos pasados para el sustento de Imágenes en Málaga capital y provincia son especialmente peculiares y mantienen una fuerte personalidad. Esta idea ha sido interpretada con el objetivo de obtener un resultado acorde a las características de los Titulares.
El prototipo más conocido y divulgado es la peana “de carrete”, llamada así por presentar esta forma, estrangulada en su centro y con dos cuerpos troncocónicos; uno que sube hasta acoger a la Imagen y otro que baja hacia el suelo del altar o las andas.
Pero este prototipo supone una variante tardía de las peanas barrocas propias del S.XVII y primera mitad del XVIII, de las que, como elemento común y asimilable a las peanas propiamente “de carrete”, se puede entresacar el estrangulamiento casi inverosímil del centro de la pieza, dando lugar por arriba a una especie de “copa” para colocar la Imagen, con aspecto bombeado, y a una apertura por abajo en forma de plataforma cóncava para apoyar todo el conjunto en la superficie del suelo. Es en este último prototipo donde se fija la inspiración del diseño.
Para adaptar el proyecto a parámetros de proporción y altura, se ha tomado también como inspiración otras peanas del ámbito artístico malagueño, donde existen modelos en los que el cuerpo principal, sobre el que asienta a la Imagen, parece flotar o quedar asido por cuatro ménsulas, mientras actúa de punto de apoyo un perno apenas visible o apreciable por el propio diseño de la pieza.
Este modelo es el que ofrece mejores condiciones de estabilidad y funcionalidad; tiene un apoyo central y cuatro en los ángulos que el artista ha decidido plasmar en forma de arcángeles tenantes. Los arcángeles vinculados a este tipo de peanas es algo también tradicional e histórico en las peanas malagueñas, no tanto las procesionales sino las de mayor envergadura y de camarín, como la de la Virgen de la Victoria en el suyo.
Estos arcángeles se proyectan dentro de la categoría de tenantes, es decir, que simulan sostener el cuerpo principal de la peana, como los de la peana de la custodia de la Catedral de Toledo. La presencia y disposición de estos arcángeles tenantes, cuatro en total por cada peana, ha venido marcada por el estudio y la conveniencia de la estructura del conjunto de la peana, para que tenga la debida estabilidad y solidez.
La Archicofradía trabaja en la búsqueda de presupuestos para la adjudicación definitiva de la hechura.