FRAGMENTO DE LA HOMILÍA DE AYER, SEGUNDO DÍA DEL TRIDUO

PALABRAS DEL REVERENDO D. AGUSTÍN BORREL

“Yo me fío no de algo, me fío de alguien, y ese Alguien es Jesucristo, el hijo de María”

En la homilía de ayer hablábamos de cualidades como la humildad, la de vigilar, la de estar observantes a lo que el Señor quiera decirnos. Porque en definitiva, la Virgen, que nos ha entregado el mayor regalo que Dios nos hizo, que fue su hijo, en agradecimiento nos va a llevar a Belén. Y nos invita a que vayamos a Belén con Ella. Muchas veces la vida de Fe, la vida de sufrimiento, es una vida de oscuridad y de sombras. La Fe es verdad que no nos soluciona los problemas. No es una pastilla que nos atenúe el dolor o las enfermedades. La Fe es una semilla que, creciendo en nuestra vida, va fortaleciéndola y haciéndola grande y que dé fruto.

La Virgen nos va a invitar a ir a Belén y allí Ella conocerá y sabrá lo que es el exilio. Lo que es vivir en una tierra extranjera, en una cultura diferente. Sin embargo, Ella vive su Fe en Dios con dignidad. Y la vive con dignidad porque la vive con profundidad. Ese es el tema. El tema de la Fe: ¿qué es tener Fe?, ¿qué es Creer?, ¿qué es decir “yo creo”?, ¿quién nos lo enseña en la Biblia y nos responde a esta pregunta?. Tener Fe no es saberse la Biblia o el Evangelio de memoria. Yo puedo conocerme capítulos enteros o versículos del Corán y no por ello ser musulmán. Tener Fe es fiarse, es confiar por encima de todo.¡Y siempre!, no solo en los momento de sol. También en los de oscuridad. Cuando la Santísima Virgen contesto sí, realmente contesto:“Me fío plenamente”. Aunque no comprendía realmente dónde llegaba. A veces, no entendemos el plan de Dios. Queremos saberlo todo siempre. Y tener Fe no solo es fiarse, es tener una relación con Alguien. Yo me fío no de algo, me fío de alguien, y ese Alguien es Jesucristo, el hijo de María.

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