El acto tuvo lugar en la venta la Españita y contó con la presencia de hombres de trono, bandas, nazarenos y demás participantes en la procesión
Con el recuerdo todavía presente de un majestuoso Jueves Santo, la Archicofradía se reunió en la venta la Españita para celebrar la habitual comida de confraternización. Los hermanos pudieron disfrutar de unos platos típicos de los montes mientras se sucedían las conversaciones cofrades de los distintos momentos que nos ha dejado esta Semana Santa. Finalizado el almuerzo, el hermano mayor Carlos Armada dedicó unas palabras a los asistentes. “La entrada del Nazareno en la catedral en 2015 ha sido un hito histórico sin precedentes”, recalcó. Además, añadió el triunfo para todos al incorporar acólitos del romero con el agradecimiento a Esperanza Gallero por el esfuerzo. Las bandas también recibieron su correspondiente ovación por el gran trabajo realizado a lo largo de la Semana, recordando a aquellos padres y madres que acompañan a sus hijos durante la procesión.
Tarta con el escudo de la Archicofradía y dos nazarenos
Acto seguido, tomaron la palabra los mayordomos del trono del Señor y la Virgen para otorgar el reconocimiento a aquellos hermanos que, tras 33 años en los varales, abandonaban el puesto para ocupar otro distinto en la procesión. Entre aplausos, y alguna que otra lágrima, fueron recogiendo sus diplomas y el cariño de los allí presentes. Con el orgullo que supone haber llevado a nuestros Titulares, un niño le preguntaba a su madre: “¿Algún año también seré hombre de trono?”. Finalmente Se repartió la tarta de la Archicofradía, con la imagen de dos nazarenos y el escudo corporativo. Terminaba así una jornada plena de anécdotas y convivencia. Pincha aquí para ver las fotos de la comida.